♥El dia era perfecto. El sol asomaba y parecía que las aves cantaban solo para aquella pequeña niña de 10 años. Los árboles frondosos, se alzaban y el olor de la primavera penetraba en aquella casa de campo. Cual era la razón por la cual aquella casita en medio de la nada, a la cual acudía en las vacaciones y fines de semana, alejada de la ciudad ruidosa y alocada la hacia tan feliz?
♦ Allí podía correr libremente por el parque, podía gritar y cantar con todas sus fuerzas, sin que ningún vecino molestara. Se subía a los árboles, y arrancaba las frutas maduras, para luego desgustarlas y quedar maravillada con aquellos sabores tan pronunciados.
Cuando iba al arroyo, nadaba felizmente, y se quedaba sorprendida de la hermosa vista que se veía desde allí.
♦ Sin embargo, En la casa de campo, estaba sola con sus abuelos, y tenia pocos vecinos de su edad. Pasaba poco tiempo con ellos, pero sin embargo se entretenia lo suficiente como para no quejarse y querer volver a la tormentosa ciudad.
El tiempo transcurrió, y aquella pequeña dulzura creció, y cada verano y fin de semana, tenía menos ganas de ir. Decía que si se pasaba tanto tiempo allí, se perdía de mucha salidas con sus amigas y de los mejores programas de televisión. Sus padres apelaban, y le decían que aprovechara, ya que muy pocos tenían la oportunidad de ir a un lugar tan maravilloso. Ella se negaba, y hasta había perdido el contacto con sus abuelos.
♦ Al cumplir los 20, un día de verano con mucho calor, estaba sentada haciendo sus cosas de la facultad, y de repente todos los recuerdos del campo le invadieron la mente. Cayo en la cuenta, de que eso, si que era una verdadera dicha. Y pensar que había echado todo a perder. Pensar que ya no hablaba con sus abuelos, pensar que hacia mucho que no probaba manzanas y ciruelas tan dulces como las de aquellas tardes, pensar que ya había crecido demasiado para subirse a los árboles….
♦ Sin pensarlo dos veces, empaco sus cosas, y con su auto, manejo hasta el campo. Se acordaba perfectamente del camino. Mientras manejaba por la carretera, puso música a su máximo volumen y disfruto de aquel viaje de una manera muy especial. Al llegar al campo, se bajo del auto, y corrió hacia la casita de sus abuelos. Todo estaba tan cambiado! Hacia añares que no iba allí.
♦ Sus abuelos la recibieron con los brazos abiertos, pero la llenaron de preguntas, y se notaron enfadados, ya que su dulce nieta no los iba a visitar hacia varios años. Ella se noto muy triste, y prometió ir a visitarlos mas seguido.
○ La moraleja, es evidente. No hay que olvidar los maravillosos momentos que uno vive en su infancia, y no hay que abandonar a la familia, la verdadera familia que siempre va a estar allí por sobre nuestros amigos. Son cosas muy diferentes, y hay que saber sobrellevarlas. Pasar tiempo con ambos. Eso es lo más importante.
Nunca lo olvides!
♦ Allí podía correr libremente por el parque, podía gritar y cantar con todas sus fuerzas, sin que ningún vecino molestara. Se subía a los árboles, y arrancaba las frutas maduras, para luego desgustarlas y quedar maravillada con aquellos sabores tan pronunciados.
Cuando iba al arroyo, nadaba felizmente, y se quedaba sorprendida de la hermosa vista que se veía desde allí.
♦ Sin embargo, En la casa de campo, estaba sola con sus abuelos, y tenia pocos vecinos de su edad. Pasaba poco tiempo con ellos, pero sin embargo se entretenia lo suficiente como para no quejarse y querer volver a la tormentosa ciudad.
El tiempo transcurrió, y aquella pequeña dulzura creció, y cada verano y fin de semana, tenía menos ganas de ir. Decía que si se pasaba tanto tiempo allí, se perdía de mucha salidas con sus amigas y de los mejores programas de televisión. Sus padres apelaban, y le decían que aprovechara, ya que muy pocos tenían la oportunidad de ir a un lugar tan maravilloso. Ella se negaba, y hasta había perdido el contacto con sus abuelos.
♦ Al cumplir los 20, un día de verano con mucho calor, estaba sentada haciendo sus cosas de la facultad, y de repente todos los recuerdos del campo le invadieron la mente. Cayo en la cuenta, de que eso, si que era una verdadera dicha. Y pensar que había echado todo a perder. Pensar que ya no hablaba con sus abuelos, pensar que hacia mucho que no probaba manzanas y ciruelas tan dulces como las de aquellas tardes, pensar que ya había crecido demasiado para subirse a los árboles….
♦ Sin pensarlo dos veces, empaco sus cosas, y con su auto, manejo hasta el campo. Se acordaba perfectamente del camino. Mientras manejaba por la carretera, puso música a su máximo volumen y disfruto de aquel viaje de una manera muy especial. Al llegar al campo, se bajo del auto, y corrió hacia la casita de sus abuelos. Todo estaba tan cambiado! Hacia añares que no iba allí.
♦ Sus abuelos la recibieron con los brazos abiertos, pero la llenaron de preguntas, y se notaron enfadados, ya que su dulce nieta no los iba a visitar hacia varios años. Ella se noto muy triste, y prometió ir a visitarlos mas seguido.
○ La moraleja, es evidente. No hay que olvidar los maravillosos momentos que uno vive en su infancia, y no hay que abandonar a la familia, la verdadera familia que siempre va a estar allí por sobre nuestros amigos. Son cosas muy diferentes, y hay que saber sobrellevarlas. Pasar tiempo con ambos. Eso es lo más importante.
Nunca lo olvides!
- Las fotos fueron tomadas en Sierra de la Ventana, año 2005 por mi (: . No son de muy buena calidad, ya que son sacadas con camara de rollo. Espero que las disfruten.~
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